Soy venezolano. Nací en Venezuela y a los 20 años de edad, en el año 2000,
emigré. Habrán cientos de sitios donde se plasmen los pros y contras de
emigrar, todos válidos, pero mi experiencia personal, al retornar a mi país 13
años después y viviendo el caos actual de mi patria, me incitan a hablar desde
quien, como Desorden Público en su último sencillo sobre el tema, se siente
creyente de que ambas respuestas son correctas pero que no se toma en cuenta
todo lo que se debe al hablar de ello. Falta el Factor X en casi todo lo que he
visto al respecto.
Cuando me preguntan mis amistades “para qué te viniste” o “¿y no piensas
devolverte?”, les doy un ejemplo muy singular: Todos tenemos familia; padres,
tíos, hermanos, primos y abuelos e incluso amistades que sentimos parte de
nuestra familia. Todos tienen sus virtudes y defectos y las conocemos bien.
Ahora pensemos que, por ejemplo, la familia de Will Smith pretende adoptarnos y
nos darán todas las oportunidades “soñadas” en el espectro más cuantificable de
nuestros deseos: Vehículo, buena casa, estudios, buena ubicación y
oportunidades, etc. ¿Cambiarás a tu familia, con sus virtudes y defectos, por
esta magnífica oportunidad? Estoy convencido de que una amplia mayoría tiene un
rotundo NO como respuesta. Pues bien, emigrar de nuestro país / ciudad es, en
gran escala, una situación similar. Ese “no-sé-qué” que tiene nuestra gente,
nuestro círculo activo de personas en nuestro entorno, tiene un algo que los
Smith, por mucho que nos den y que sea absurdamente mejor a lo que tenemos, no
va a compensar. Nuestro país / ciudad es igual y nos damos cuenta de ello
cuando emigramos.
Viví en Oxford (Inglaterra) un año, en Vichy (Francia) otro, en Madrid
(España) diez y en Galicia (España) un año más. En ningún sitio, con un excelente
entorno de oportunidades y mejoras cuantificables respecto a la penosa realidad
venezolana, me he sentido como me siento en mi casa, en mi tierra, en esa
desgastada y malusada -para fines partidistas- palabra Patria. Tengo muchas
amistades que emigraron y, en un lapso entre 3 meses y 10 años, más de la mitad
se han devuelto. Y garantizo que no es por condiciones pues, siendo conocidos
personales, sé que sus situaciones cuantificables (seguridad, trabajo,
estabilidad, poder adquisitivo, etc.) eran mucho mejores. Emigrar no es fácil,
igual que no es fácil decidir el hacerlo y desde que me devolví –en mi caso a
Venezuela- a mi tierra oigo con demasiada frialdad ese análisis simplista de
los valores que sí podemos medir para argumentar el “hay que irse de aquí”.
Numerosas obras artísticas reflejan este sentimiento, y destaco por encima de
todas la película hispano-argentina “Martín H” (1995), donde el argumento
principal del film es este: La emigración de una argentina caótica a una España
en bonanza y ese no-sé-qué del que trato de escribir en este post.
Hay un factor X, una “materia oscura” que emana del suelo donde crecimos y
en el que por la idiosincrasia del entorno nos sentimos a gusto. Es muy difícil
de explicar y se sufre en carnes cuando emigramos. Mi recomendación personal no
es la enemistad con la emigración, algo que suelo plantearme de vez en cuando;
mi recomendación es incluir en nuestra matriz de decisión este factor X y
tratar de cuantificarlo para tomar una decisión consciente. La mejor manera, en
mi modesta opinión, es utilizar una tabla de valores donde identifiquemos todas
las cualidades emocionales además de las “básicas” que intuimos más fácilmente.
Posteriormente, en una segunda columna, coloquemos un valor entre 1 (el menor)
y N (el número total de cualidades) sin repetir ninguno, donde destaquemos las
más importantes a las que menos. En una tercera columna indicamos nuestra
ciudad actual y en una cuarta el primer destino valorable; podríamos indicar
tantos como deseemos.
OJO: Cabe destacar que este ejercicio es individual y engañarlo no genera
ninguna mejora a la decisión, solo recibir un mayor golpe si tomamos la
decisión incorrecta por el análisis equivocado. Hay que ser lo más sinceros
posibles y tomarse el tiempo necesario para saborear cada cualidad
abstrayéndose de las demás.
Bien, una vez desarrollada la tabla, quedará, por ejemplo (cada uno tendrá
la suya), algo así:
CUALIDAD
|
VALOR
|
ACTUAL
|
DESTINO 1
|
DESTINO 2
|
…DESTINO N
|
Poder adquisitivo
|
8
|
|
|
|
|
Seguridad
|
14
|
|
|
|
|
Acceso salud
|
9
|
|
|
|
|
Acceso educación
|
11
|
|
|
|
|
Satisfacción laboral
|
3
|
|
|
|
|
Cercanía familia
|
6
|
|
|
|
|
Cercanía amistades
|
10
|
|
|
|
|
Opciones de ocio
|
2
|
|
|
|
|
Clima
|
4
|
|
|
|
|
Tiempo de ocio
|
5
|
|
|
|
|
Posibilidad desarrollo
|
7
|
|
|
|
|
Idioma
|
1
|
|
|
|
|
Capacidad de ahorro
|
12
|
|
|
|
|
Satisfacción núcleo
|
13
|
|
|
|
|
Una vez realizado esto y retocándolo donde creamos que es realmente justo
el posicionamiento de nuestras prioridades, vamos a la segunda parte. Ocultar
el valor que acabamos de colocar.
CUALIDAD
|
ACTUAL
|
DESTINO 1
|
DESTINO 2
|
…DESTINO N
|
Poder adquisitivo
|
|
|
|
|
Seguridad
|
|
|
|
|
Acceso salud
|
|
|
|
|
Acceso educación
|
|
|
|
|
Satisfacción laboral
|
|
|
|
|
Cercanía familia
|
|
|
|
|
Cercanía amistades
|
|
|
|
|
Opciones de ocio
|
|
|
|
|
Clima
|
|
|
|
|
Tiempo de ocio
|
|
|
|
|
Posibilidad desarrollo
|
|
|
|
|
Idioma
|
|
|
|
|
Capacidad de ahorro
|
|
|
|
|
Satisfacción núcleo
|
|
|
|
|
Ahora comenzamos a colocar un valor entre 0 y 10 en cada destino, incluido
el ACTUAL. Cuando pensamos en poder adquisitivo (siguiendo el ejemplo) nos
olvidamos del resto de factores. Solo pensamos en ese, donde 10 es excelente,
la utopía de lo que está a nuestro alcance vital actual, y 0 es lo peor en lo
que sentimos que podemos estar. Si en nuestra ubicación actual tenemos un poder
adquisitivo donde no nos falta de nada, pensemos que un 5 sería justo. Si además
de ello el comprar un nuevo bien / activo es una cuesta arriba totalmente
imposible de conseguir, quizás un 5 sea mucho y lo bajemos a un 4. Es un
criterio muy personal. Terminado esto, destino a destino y evitando hacer una
comparativa inmediata entre unos y otros, pasamos al siguiente paso. Seguiré el
ejemplo:
CUALIDAD
|
ACTUAL
|
DESTINO 1
|
DESTINO 2
|
…DESTINO N
|
Poder adquisitivo
|
6
|
8
|
5
|
|
Seguridad
|
2
|
9
|
6
|
|
Acceso salud
|
4
|
8
|
10
|
|
Acceso educación
|
8
|
5
|
10
|
|
Satisfacción laboral
|
10
|
3
|
9
|
|
Cercanía familia
|
8
|
0
|
5
|
|
Cercanía amistades
|
10
|
3
|
1
|
|
Opciones de ocio
|
3
|
10
|
6
|
|
Clima
|
10
|
5
|
6
|
|
Tiempo de ocio
|
4
|
2
|
5
|
|
Posibilidad desarrollo
|
3
|
4
|
6
|
|
Idioma
|
10
|
6
|
10
|
|
Capacidad de ahorro
|
2
|
1
|
5
|
|
Satisfacción núcleo
|
7
|
5
|
2
|
|
Muy bien. Démonos cuenta que estamos es cuantificando. El siguiente paso,
sencillo de comprender, es la multiplicación del valor de la cualidad por el
valor que tiene en el destino. Esto es una matriz de decisión clásica. En el
ejemplo indicado quedaría así:
CUALIDAD
|
VALOR
|
ACTUAL
|
ACT Val
|
DESTINO 1
|
D1 Val
|
DESTINO 2
|
D2 Val
|
Poder adquisitivo
|
8
|
6
|
48
|
8
|
64
|
5
|
40
|
Seguridad
|
14
|
2
|
28
|
9
|
126
|
6
|
84
|
Acceso salud
|
9
|
4
|
36
|
8
|
72
|
10
|
90
|
Acceso educación
|
11
|
8
|
88
|
5
|
55
|
10
|
110
|
Satisfacción laboral
|
3
|
10
|
30
|
3
|
9
|
9
|
27
|
Cercanía familia
|
6
|
8
|
48
|
0
|
0
|
5
|
30
|
Cercanía amistades
|
10
|
10
|
100
|
3
|
30
|
1
|
10
|
Opciones de ocio
|
2
|
3
|
6
|
10
|
20
|
6
|
12
|
Clima
|
4
|
10
|
40
|
5
|
20
|
6
|
24
|
Tiempo de ocio
|
5
|
4
|
20
|
2
|
10
|
5
|
25
|
Posibilidad desarrollo
|
7
|
3
|
21
|
4
|
21
|
6
|
42
|
Idioma
|
1
|
10
|
10
|
6
|
6
|
10
|
10
|
Capacidad de ahorro
|
12
|
2
|
24
|
1
|
12
|
5
|
60
|
Satisfacción núcleo
|
13
|
7
|
91
|
5
|
65
|
2
|
26
|
Si ahora
totalizamos esto, nos dará:
SUMA DE VALOR x
ACTUAL: 48+28+36+88+30+48+100+6+40+20+21+10+24+91 = 590 puntos
SUMA DE VALOR x
D1: 64+126+72+55+9+0+30+20+20+10+21+6+12+65 = 510 puntos
SUMA DE VALOR x
D2: 40+84+90+110+27+30+10+12+24+25+42+10+60+26 = 590 puntos
En este caso, la decisión está entre QUEDARSE o irse al DESTINO 2. Pero
podemos complicar más la cuantificación y entender mejor este Factor X. Si
resaltamos los valores “fríos” de los emocionales, tenemos dos categorías
diferentes, donde sabemos que los emocionales tienen un peso de mayor
volatilidad y menor capacidad de manejo voluntario de los mismos. En este caso,
y siguiendo mi criterio personal para ejemplificar la idea, separaré:
Satisfacción Laboral (no sabemos cuánto nos guste un nuevo trabajo
hasta estar en el mismo)
Cercanía Familiar (no sabemos cuánto nos afectará la distancia
hasta vivirla)
Cercanía Amistades (no sabemos las nuevas amistades que hagamos, lo
bien que llenen ese agujero que incitará a devolvernos)
Satisfacción Núcleo (no sabemos cómo reaccionarán nuestra pareja /
hijos hasta estar in situ)
Obviamente todos tienen una carga emocional, pero he elegido estos de los
demás en el mero proceso del ejemplo. En este caso los de mayor peso en el
Factor X (los que no solemos valorar adecuadamente) pesan por destino:
QUEDARSE: 30+48+100+91 = 269 Puntos de Factor X
DESTINO 1: 9+0+30+65 = 104 Puntos de Factor X
Destino 2: 27+30+10+26 = 93 Puntos de Factor X
Entre quedarse e irse al Destino 2, el peso emocional tendrá casi tres
veces más fuerza que el irse. ESO EN ESTE EJEMPLO.
En fin, mi reflexión final es que, emigrar, pese a que parezca tan fácil de
analizar como una adopción por la familia Smith, tiene “fallas ocultas” que
tenemos que analizar con detalle y frialdad y paciencia, al menos, eso sí,
desde mi propia experiencia.
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